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John Paul II's Pastoral Visit to Argentina

11th - 12th June 1982

Pope John Paul II was to visit Britain in May 1982, so when the Falklands War / Guerra de las Malvinas broke out in April 1982, John Paul II also organised a trip to Argentina, calling both countries to seek the path of peace. The war ended on 14th June 1982. Both visits were pastoral.

Click here to read all Pope John Paul II's words (in Italian & Spanish) during his trip.

11 de junio de 1982 - Buenos Aires

Papa Juan Pablo - Misa en el Santuario de Luján

... Meditando sobre el misterio de la elevación de cada hombre en Cristo: de cada hijo de esta nación, de cada hijo de la humanidad, repito con vosotros las palabras de Maria:

Grandes cosas ha hecho por nosotros el Poderoso,
“cuyo nombre es santo.

Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.

Desplegó el poder de su brazo y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón.

Acogió a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia.

Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre”.

Hijos e hijas del Pueblo de Dios! 

Hijos e hijas de la tierra argentina, que os encontráis reunidos en este santuario de Luján! Dad gracias al Dios de vuestros padres por la elevación de cada hombre en Cristo, Hijo de Dios!

Desde este lugar, en el que mi predecesor Pío XII creyó llegar “al fondo del alma del gran pueblo argentino”, seguid creciendo en la fe y en el amor al hombre.

Y Tú, Madre, escucha a tus hijos e hijas de la nación argentina, que acogen como dirigidas a ellos las palabras pronunciadas desde la cruz: He ahí a tu hijo! He ahí a tu Madre!

En el misterio de la redención, Cristo mismo nos confió a Ti, a todos y cada uno.

Al santuario de Luján hemos venido hoy en el espíritu de esa entrega. Y yo - Obispo de Roma - vengo también para pronunciar este acto de ofrecimiento a Ti de todos y cada uno.

De manera especial te confío todos aquellos que, a causa de los recientes acontecimientos, han perdido la vida: encomiendo sus almas al eterno reposo en el Señor. Te confío asimismo los que han perdido la salud y se hallan en los hospitales, para que en la prueba y el dolor sus ánimos se sientan confortados.

Te encomiendo todas las familias y la nación. Que todos sean partícipes de esta elevación del hombre en Cristo proclamada por la liturgia de hoy. Que vivan la plenitud de la fe, la esperanza y la caridad como hijos e hijas adoptivos del Padre Eterno en el Hijo de Dios.

Que por tu intercesión, oh Reina de la paz, se encuentren las vías para la solución del actual conflicto, en la paz, en la justicia y en el respeto de la dignidad propia de cada nación.
Escucha a tus hijos, muéstrales a Jesús, el Salvador, como camino, verdad, vida y esperanza. Así sea.

 

Carta del Papa Juan Pablo II a la Nación chilena

A los queridos hijos e hijas de la Nación chilena.

Mi fraterno encuentro con un grupo de vuestros Obispos, presentes en esta Nación hermana, me lleva idealmente a vosotros y hace más intenso el anhelo que siento desde hace tiempo, de verme en vuestra tierra para pulsar directamente la realidad y la profundidad de los valores con que Dios os ha enriquecido y para estimularos a la prosecución fiel de las tareas humanas y de la misión cristiana que El os ha encomendado.

Sé que os habría gustado tenerme ya ahora entre vosotros. Comprendo vuestros deseos, sintiendo de veras no poderlos satisfacer en esta ocasión. Conocéis el motivo específico de mi nueva y rapidísima venida al querido continente sudamericano: el viaje pastoral a Gran Bretaña, absolutamente inaplazable por múltiples razones, y el grave conflicto que desde hace unas semanas enfrenta a esta Nación con Argentina, me han impulsado a manifestar, de manera solícita y visible, mi empeño por conseguir la paz y a encontrarme personalmente con los hijos de uno y otro País, elevando fervientes plegarias al Padre común para que cese cuanto antes una situación dramática, que está originando intenso dolor e incontables preocupaciones.

Os confío que desde enero del año 1979, cuando vuestro Gobierno y el Gobierno argentino me pidieron que los ayudara, como Mediador, en el diferendo de la zona austral, estoy anhelando el momento en que me sea concedida la gracia impagable de visitar al mismo tiempo a los hijos de ambas Naciones, para unirme a la alegría de todos en acción de gracias a Dios por la conclusión definitiva de esta controversia y por la consolidación perenne de la paz y de la amistad entre los dos Países por mi tan queridos.

Desde aquí, atravesando con el espíritu la Cordillera Andina que, abrazada por Cristo Redentor, vincula estrechamente vuestra Nación y Argentina, me hinco de rodillas ante Nuestra Señora del Carmen en el Santuario de Maipú —como lo he hecho en el de Nuestra Señora de Luján con vuestros hermanos argentinos— y juntamente con vosotros pido a Nuestra Madre Santísima que nos obtenga el favor de que pronto puedan cumplirse estos deseos, enmarcados en una visita pastoral a ambos Países.

Ya desde ahora os confirmo el profundo afecto que siento por el pueblo chileno y os aseguro mi recuerdo especial en estas breves horas que paso tan cerca de vosotros. Pido también por vuestro bienestar espiritual y material, enviándoos mi más cordial Bendición Apostólica.